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El mantenimiento en la UNIS por parte de Don Arturo.

  • Javier Grazioso
  • 16 ago 2018
  • 2 Min. de lectura

Don Arturo, o simplemente Arturo, es un hombre aparentemente simple. 180 centímetros de alto más o menos, cabello negro, tez morena, manos fuertes y con un característico sudadero gris que siempre usa sobre su uniforme que la universidad le proporciona.

Es además un hombre amable, sencillo, que acepta contestar preguntas abiertamente, pero que no engañe la sencillez, porque también refleja confianza en sí mismo, sabe qué contestar y qué no. Es un hombre con vasta experiencia, quizá, no concediendo entrevistas pero sí en mantener la universidad en orden.

Don Arturo entra a la universidad más temprano que cualquiera, a las 6 de la mañana, casi 50 minutos antes que las clases comiencen, y casi dos horas antes que las facultades abran. El hombre trabaja de sol a sol y le gusta además. Sale a las 7 de la noche listo para descansar y está de regreso a las 6 de la mañana al día siguiente.

Dice encargarse del material audiovisual de la universidad, llevar cables HDMI a los catedráticos que lo necesitan, y demás, pero cuando lo entreviste, llevaba una mesa a cuestas y se veía apurado. Subió a mover sillas también, estaba relevando a un compañero.

Aunque no conozco el sueldo de don Arturo, es algo que me produce dolor al pensarlo. Trabaja 13 horas y es feliz, pero algo me dice que no gana lo suficiente y que debería de tener una remuneración mayor por todo el esfuerzo que hace.

Durante esas 13 horas tiene 3 descansos. Refacción de 9 a 9:15, almuerzo con sus compañeros de 12 a 1 de la tarde, y una refacción final, poco antes de salir de 5 a 5:15 de la tarde.

Definiría a don Arturo como un hombre versátil, que puede hacer las cosas, que sabe hacerlas y que si no sabe, “se pone las pilas” y aprende a hacerlas.

Un hombre que ama su trabajo es un hombre que no tendrá que trabajar nunca. Este es el caso, a pesar de tener que hacer trabajos pesados y estar ocupado la mayor parte del tiempo, Arturo es feliz, y se nota, se nota que es un hombre que no trabaja y que gana dinero por ello, y que es, aunque muchos no lo crean, un hombre afortunado por amar lo que hace y no solo conformarse con ello.

Don Arturo mantiene esta universidad bien, y algunos le verán de menos, a algunos otros no les importará, y él hace su trabajo con humildad y sencillez.

Te invito a que les prestes más atención a estos héroes cotidianos sin capa, y hagas su vida más sencilla como levantando tu bandeja de comida de la mesa y tirando el cigarrillo en el cenicero.


 
 
 

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